La vida de un traductor por cuenta ajena tiene sus ventajas, pero (cómo no) también sus inconvenientes. “¿‘También’ o ‘sobre todo’?”, estará pensando más de uno. Bueno, quizá eso sería tema para otra entrada. En la de hoy queremos centrarnos más bien en uno de los inconvenientes que más pueden pesar a veces: la incertidumbre. En concreto, la resultante de esos periodos de vacas flacas que llegan cuando menos te lo esperas.
Pues, sí, por desgracia no siempre va todo como la seda en el mundo del traductor autónomo. A veces estamos saturados de encargos que se necesitan para anteayer. Y otras, lo que es aún peor: se nos cae uno de esos clientes importantes que hacen que la mesa se nos quede coja de una pata. Llegado ese momento, tenemos dos opciones: hundirnos en la miseria o sacar fuerzas de la flaqueza. Y, dado que en este blog nos va más lo segundo, en la entrada de esta semana te ofreceremos algunos consejos que poner en práctica “cuando el teléfono ya no suena tanto”.

1. Si no tienes una web profesional, créate una. Para ello, te aconsejaríamos que recurras a un profesional, pero, si no tienes el bolsillo ahora como para invertir en ello, también hay sitios como Wix.com que te permiten crear una página web bastante resultona con plantillas, gratis y sin necesidad de programar.

2. Tampoco estaría de más que te crees una dirección de correo electrónico profesional, tipo antoniaruiz@traducciones.es. Aporta un toque de seriedad del que carecen un “.gmail” o “.outlook” sin más. Para ello, puedes recurrir a empresas con opciones asequibles, como GoDaddy.

3. Actualiza tu currículo, en caso de que no lo hayas actualizado en un tiempo (cosa que suele ocurrir con más frecuencia de la que parece). En Internet encontrarás diversas webs donde puedes crear currículos con diseños bastante apañados.

4. Pégale un buen repaso a tu carta de presentación, edítala, hazla más atractiva y convincente. Y tampoco desestimes crearte una firma profesional en tu correo electrónico, pues siempre da puntos (asimismo, valora la posibilidad de diseñarte —o encargar que te diseñen— un logo).

5. Créate un porfolio (en PDF podría valer) donde listes tus mejores trabajos de traducción. Después, agrégalo al currículo o a la web.

6. Haz una búsqueda de nuevas agencias que te resulten interesantes, ve anotándolas y ponte en contacto con ellas. Aquí es donde los puntos 1 a 5 van a servirte de bastante utilidad, obviamente, pues vas a matar cinco pájaros de un tiro.

7. Revisa aquellas agencias o clientes de quienes no has tenido noticias en una temporada y valora ponerte de nuevo en contacto con ellos para que sepan que sigues con vida y comunicarles tu disponibilidad. De nuevo, te vendrá de perlas haber mimado los puntos 1 a 5.

8. Si no tienes perfil en redes como LinkedIn y Proz, ¿a qué estás esperando? Y si ya los tienes, ¿a qué estás esperando para actualizarlos? A veces surgen encargos de nuevos clientes por esos medios. Ah, y en cuanto a LinkedIn, no olvides pedir recomendaciones, pues ayudan a aparecer en los resultados de búsqueda.

9. Una vez lanzado el anzuelo, la espera puede volverse un tanto angustiosa. Así pues, trata de mantener la mente ocupada. Y para ello, ¿qué mejor que realizar algún cursillo que pueda servirte de interés o utilidad? De paso, amplías conocimientos. Imaginemos que no controlas los programas de traducción asistida: ¿no es el momento perfecto de hacer un cursillo de Trados, por ejemplo? ¿Y uno de localización de videojuegos? Nunca se sabe si habrá un encargo futuro que te lo exija.

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