La investigadora Lidia García creó su exitoso podcast “¡Ay, campaneras!” en pleno confinamiento como un modo de evadirse de la dura realidad del coronavirus. Para ello, no solo rendía homenaje, sino que a la vez reflexionaba sobre aquellas canciones de copla, cuplé y zarzuela que aliviaban la realidad a veces más dura de nuestras antepasadas.
Ahora Lidia ha transformado ese podcast en un ensayo de mismo título pero con subtítulo añadido: “¡Ay, campaneras!: Canciones para seguir adelante” (editado por Plan B). Y el subtítulo no es baladí, pues aquellas canciones que ayudaban a nuestras antepasadas a sobrellevar una vida no siempre fácil a menudo lo hacían entretejiendo subversión en el discurso oficial, como nos cuenta la autora.
Con una clara erudición sabiamente disfrazada de ligereza, el principal objetivo de Lidia García con este libro es llevar al lector de la mano por los relatos y anécdotas que subyacen tras todas esas canciones populares que muchos aún consideran antiguas e incluso “rancias”, cuando en realidad estaban repletas de transgresiones femeninas de todo tipo. Transgresiones que se exponían sin acabar de llevarlas a sus últimas consecuencias (no dejaban de ser otros tiempos), pero que aun hoy nos dicen mucho de aquella época a la vez que nos hacen reflexionar sobre la nuestra.
Para ello, la autora no solo analiza diversas letras de estas canciones, sino que además expone jugosas anécdotas y declaraciones (tanto de las folclóricas que las interpretaban como de los hombres que las componían). Por otro lado, para preservar cierto orden estructural, divide el libro en seis grandes bloques, cada uno de los cuales lleva un título extraído de alguna de estas canciones populares y se centra en una temática específica:
1. “Si las mujeres mandasen”: Feminismo… o más bien guerra de sexos, que es a lo máximo que se aspiraba en la época (insistimos: no dejaban de ser otros tiempos).
2. “Que se me paren los pulsos”: Elogio del arquetipo de “la otra”, la mujer estigmatizada, ya sea una amante, una prostituta o una madre soltera, cuando no las tres al mismo tiempo.
3. “Serrana, ¿me das candela?”: Exploración de la sexualidad femenina en estos tres grandes géneros de la canción popular española.
4. “El que lo prueba repite”: Exploración de la homosexualidad (a veces explícita pero casi siempre implícita, a veces femenina pero casi siempre masculina) en las letras de determinados temas.
5. “Maldito parné”: Bloque centrado en el tema económico, el orgullo de clase, el ascensor social…
6. “Tierra gloriosa de mi querer”: Y la temática del último bloque es nada más y nada menos que España, la patria, la tierra de origen. Un lugar que estos géneros han glorificado a menudo, pero que ojo: alguna canción también ha denostado.
En definitiva, “¡Ay, campaneras!: Canciones para seguir adelante” es un ensayo muy bien documentado sobre un interesante tema que la autora sabe exponer de forma amena en apenas 270 páginas: el modo en que ciertos géneros musicales populares daban voz (hasta donde podían, repetimos) a determinados personajes y determinadas temáticas que el discurso oficial prefería acallar.