¿Sabías que mantener un blog corporativo en la página web de tu empresa es una excelente herramienta de marketing? Si no lo sabías, toma nota, porque vale la pena que te lo plantees. Un buen blog corporativo te permitirá posicionarte en los buscadores, incrementar el tráfico hacia tu página web, fidelizar seguidores e incluso aumentar tu cartera de clientes. Ahora bien, no cualquier cosa sirve. Si vas a mantener un blog en la página web de tu marca, más te vale tener en cuenta una serie de consejos para que no caiga en saco roto y te dé el máximo rendimiento. Apunta:
PREDEFINE BIEN TU PÚBLICO OBJETIVO. Naturalmente, esto es lo primero que debes tener en cuenta. ¿Qué tipo de personas pretendes que te lean (y, por tanto, atraer a tu web y, con suerte, a tus productos)? Piensa en características como edad, sexo, intereses/necesidades, profesión o incluso estilo de vida, pues todas ellas te darán pistas muy útiles sobre cómo enfocar el contenido del blog para que les parezca atractivo.
SELECCIONA BIEN LA TEMÁTICA GENERAL. Quizá suene a perogrullada, pero si en tu web te promocionas como escritor o escritora de ciencia ficción, no tendrá mucho sentido que en tu blog te dediques a comentar los últimos cotilleos de la prensa rosa, pues habría una clara desconexión entre lo que “vendes” y lo que “blogueas”. Por otro lado, quizá tampoco ayude que si, por ejemplo, te dedicas a la venta de accesorios para la limpieza del hogar, en tu blog despotriques contra equis partido político. De hecho, ponernos demasiado políticos nunca será una gran jugada a la hora de vender productos al público general. Y hablando de público general: recuerda que haber predefinido bien tu público objetivo ya te brindará ciertas pautas para determinar sobre qué escribir o no escribir.
SÉ SUTIL. Es correcto, lógico y esperable que uses el blog para dar un empujoncito a tu marca. Eso sí, no intentes promocionar en él de forma demasiado obvia y directa tus propios productos, pues puede resultar de lo más irritante y acabar haciendo que pierdas lectores y clientes, en vez de mantenerlos o incrementarlos. Si tienes una clínica dietética, siempre será más interesante y sutil escribir un top 5 sobre las combinaciones de alimentos menos recomendables para las cenas que una sobre las bondades de tu último producto quemagrasas.
CREA UN CALENDARIO DE CONTENIDOS. Intenta no improvisar ni ir a salto de mata, pues se va a notar. Créate una hoja de Excel que te ayude a planificar el contenido del blog para el próximo mes, como mínimo (aunque también puede ser para el próximo trimestre o, dependiendo de tu nivel de osadía, incluso para el año entero). Gracias a esto, evitarás repetir entradas y lo llevarás todo con su debido orden, lo cual resulta indispensable para mantener el foco. Tampoco es mala idea que tengas en cuenta fechas señaladas y efemérides para crear alguna entrada al respecto. Pongamos que tienes una agencia de viajes con ofertas especiales para Navidad: llegado el momento, ¿no sería estupendo redactar y subir (de forma planificada, claro) una entrada sobre los destinos vacacionales de sabor más navideño, por ejemplo? Por último, obsta subrayar que siempre será mejor que publiques con cierta regularidad. ¿A quién le interesa seguir un blog que publica de uvas a peras?
ESCOGE UN BUEN DISEÑO. Intenta que la interfaz de tu blog sea atractiva, pero sin caer en excesos ni barroquismos, pues puede acabar siendo avasallador e invitar a que tus visitantes cierren la pestaña para no volver. Muchísimo cuidado también con pasarte con los “banners” y las ventanas emergentes, que son unos “cortarrollos” de mucho cuidado. Y, cómo no, trata de que el diseño sea más o menos acorde con tu público objetivo y tu imagen de marca: si ambos presentan un perfil sobrio y serio, ¿no quedaría un poco fuera de tono un blog de diseño chispeante y coloridísimo?
CONECTA EL BLOG A LAS REDES SOCIALES. Puede darse el peculiar caso de que alguien conozca por ciencia infusa que has publicado una nueva entrada. Pero créenos: no es lo habitual. Así pues, enlaza cada nueva entrada a tus redes sociales (sí, no es mala idea que tu empresa tenga presencia en ellas) y, a su vez, asegúrate de incluir en cada nueva entrada enlaces a tus diversas redes, para que quienes te lean puedan compartirla con facilidad. Por otro lado, ¿está de más que alientes entre tus lectores el intercambio de impresiones y comentarios sobre el tema en cuestión? Ya te decimos nosotros que en absoluto lo está.
HAZ SEGUIMIENTO. Y, por último, no olvides hacer un seguimiento de los resultados y medir el alcance de la estrategia. Número de visitantes y suscriptores, tiempo de visualización de las entradas, tráfico en redes sociales… Todo esto te permitirá determinar lo que mejor funciona y lo que peor, para después emprender acciones al respecto.

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