Recordarás que el mes pasado dedicamos una entrada en nuestro blog a una de las mejores utilidades que el desarrollo tecnológico ha aportado a los traductores: las herramientas CAT (siglas inglesas de “computer-assisted translation”) o TAO (del español “traducción asistida por ordenador”). Curiosamente, aún hoy, en pleno siglo XXI, sigue observándose cierta suspicacia hacia su uso. Una suspicacia que, dicho sea de paso, no suele guardar mucha relación con la realidad. Así pues, esta semana vamos a desmontar tres de los mitos más extendidos en torno a este tema.
1. SU ÚNICA UTILIDAD SON LAS TRADUCCIONES TÉCNICAS. Sí, pero no. Ciertamente, se da un uso bastante generalizado para este tipo de traducciones, debido al sistema por coincidencias que tienen las CAT. Pero, sin que importe el tipo específico de traducción, también ofrecen otras utilidades: desde respetar escrupulosamente el estilo del original (hablamos de tipografías, columnas, etc.), gracias a su sistema de etiquetas, hasta trabajar con textos creados en un software que tal vez ni siquiera tenemos instalado en nuestro PC.
2. RESULTAN DEMASIADO COMPLICADAS. Bueno, esto es como todo, ¿no? Complicado es lo que no se aprende. Seguro que la primera vez que usaste un ordenador personal te parecía todo un mundo. O la primera vez que entraste en una red social. Pero el aprendizaje y el uso hacen al maestro, ¿verdad? Claro que ello no obsta para que admitamos que hay herramientas CAT más sencillas e intuitivas que otras… pero todo es ponerse.
3. SON TAN POCO FIABLES COMO EL TRADUCTOR DE GOOGLE. De hecho, lo primero que deberíamos apuntar es que ni siquiera son comparables al traductor de Google, que a fin de cuentas proporciona un servicio de traducción automática (y que, por su propia naturaleza y funcionamiento, a menudo aporta más problemas que ventajas). Las CAT nos ofrecen la posibilidad reutilizar traducciones totales o parciales hechas exclusivamente por nosotros mismos, previamente almacenadas en su memoria de traducción. Esto no solo nos ahorra tiempo de búsquedas e investigaciones, sino que cierta garantía de calidad. A fin de cuentas, si no nos fiamos de nosotros mismos, ¿de quién nos vamos a fiar?

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies