Tras un año tan complicado a todos los niveles por culpa de la crisis de la COVID-19, este 2021 reviste especial significado la celebración del Día Europeo de las Pymes. Una efeméride que se repite cada 12 de mayo en reconocimiento de la “pequeña y mediana empresa” (de ahí, “pyme”) en Europa. Aunque este año, como decíamos, tendrá ecos particularmente oscuros debido al duro golpe económico que les ha supuesto a estas empresas y que, en bastantes casos, ha implicado el cierre de las que ya de por sí se las veían y se las deseaban para sobrevivir.
Pero, bueno, no estamos aquí para hablar de economía, sino de lingüística. Por eso vamos a darte unos breves consejos para escribir sobre este día:

1. Se dice “pyme”. En efecto, el BOE lo escribe como “PYME” (con todas sus mayúsculas de sigla bien hermosas) y algunos consideran que tampoco es eso y que con una inicial mayúscula basta (“Pyme”). Pero ni lo uno ni lo otro: la palabra correcta es “pyme”, con todo en minúscula, pues se considera un nombre común (derivado de una sigla, sí, pero nombre común).

2. Eso sí, se dice “Pymes”… en la expresión “Día Europeo de las Pymes”, como ocurre con los nombres oficiales de este tipo de efemérides, que ya sabemos que llevan mayúscula inicial en las palabras significativas.

3. Ojo con los porcentajes. Cuando se habla de las pymes, suele mencionarse que suponen en torno al “98%” del tejido empresarial de nuestro país o que en los últimos cinco años han creado el “85%” de nuevos empleos en la Unión Europea. Pues bien, esos símbolos de porcentaje tan pegaditos a su correspondiente cifra están mal ubicados, ya que la RAE exige dejar un espacio fino entre la cifra y el símbolo: “98 %” y “85 %”.

4. Y ojo con los números expresados en cifras. Si vamos a decir que la pandemia de la COVID-19 tendrá un impacto negativo de unos “155.000 millones de euros” en el tejido empresarial español, deberemos tener en cuenta que esa cifra está mal expresada. Como apunta la RAE: “Al escribir números de más de cuatro cifras, se agruparán estas de tres en tres, empezando por la derecha, y separando los grupos por espacios en blanco (y no por puntos o comas, como, dependiendo de las zonas, se hacía hasta ahora)”. Por tanto, “155 000”.

5. Las siglas no tienen plural. Bueno, tenerlo, sí lo tienen, pero no va marcado en la propia sigla, sino en los elementos que la acompañan (artículos, por ejemplo). Así, en ningún caso diremos “los ERTEs”, ni “los ERTES”, sino simplemente “los ERTE”.

6. No decimos “micro empresas” ni “micro-empresas”, sino “microempresas”, con el prefijo unido (sin guion alguno) a esa base léxica compuesta por una sola palabra.

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