Como cada año, este 24 de septiembre celebramos el Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer. Una efeméride de significado muy especial, pues pretende celebrar e impulsar los avances científicos necesarios para combatir una enfermedad tan compleja y heterogénea como el cáncer, ya la segunda causa de mortalidad a nivel global, y que debido a su gravedad ha pasado a conocerse nada menos que como «la plaga del siglo XXI».
Ojalá pudiéramos dar desde aquí soluciones para tan preocupante problema, pero lo único que podemos hacer es darte soluciones para escribir con propiedad sobre este día. Así que aquí van esos consejos.

1. CUIDADO CON LAS MAYÚSCULAS. Los sustantivos y adjetivos de la denominación «Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer» se escriben con mayúscula inicial, como recoge la ortografía académica. Y atención, porque aunque te parezca que «contra» es una palabra con las suficientes sílabas como para merecer una buena inicial mayúscula, te aseguramos que no la merece (siempre según las reglas ortográficas, ojo, pues no seremos nosotros quienes discriminemos a una pobre preposición, con lo útil que es). Como tampoco la merece, por cierto, en el nombre de la Asociación Española contra el Cáncer (lo cual no implica, eso sí, que a la sigla AECC haya que quitarle ninguna ce).

2. COMANDO G AL ATAQUE. Dado que uno de los objetivos que persigue esta efeméride es incentivar a los Gobiernos de todo el mundo para que promuevan políticas de detección temprana, seguro que sientes la imperiosa necesidad de escribir «Gobiernos» con ge minúscula («gobiernos»). Pero te recordamos que esta palabra va con inicial mayúscula cuando se refiere al órgano superior del poder ejecutivo de un Estado. Así que un poco de respeto, hombre.

3. ESAS ONG… Porque, en efecto, hay múltiples ONG que luchan contra esta enfermedad. Pero no se te ocurra pluralizar esta sigla con una horrorosa ese final: nada de «diversas ONGs» ni similares, decimos «diversas ONG» porque en español las siglas son invariables (solo las palabras que las introducen o modifican pueden darnos una pista sobre su número).

4. ¡PROTÉGETE DEL MALIGNO! La expresión «cáncer maligno» peca de redundante, dado que todo cáncer es un tumor maligno. Y esto significa que su malignidad, como la del príncipe del averno, se le presupone.

5. PORCENTAJES FINOS Y SEGUROS. Cuando escribes sobre cánceres, ves necesario mencionar muchos porcentajes todo el rato. Pero también ves necesario poner el símbolo de porcentaje bien pegadito a su cifra correspondiente, para que no coja frío. Y ojo, porque esto es un error (sí, estamos seguros, ya lleva más de una década siéndolo): el símbolo de porcentaje debe ir separado de la cifra mediante un espacio, a ser posible fino para evitar involuntarias separaciones de línea en el procesador de texto. Porque quizá no tengan que ir tan extremadamente pegaditos como tú soñabas, pero tampoco hace falta que mandemos uno a Boston y el otro a California, ¿no crees?

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