Aunque España se considera un Estado aconfesional, no podemos negar que la huella del catolicismo ha sido, es y, con toda probabilidad, seguirá siendo muy profunda. Basta con que echemos un vistazo a las expresiones inspiradas en esa Semana Santa que, de hecho, ya está a punto de comenzar. No te quepa la menor duda de que a muchas de ellas les das un uso bastante “laico” sin ser del todo consciente de ese origen más bien “católico”. Pero en la entrada de esta semana te lo explicaremos. Te vas a quedar muerto… y quizá resucitado.
EN MENOS QUE CANTA UN GALLO. Usamos esta expresión para decir que algo se hace “muy rápido, enseguida”. Pero ¿de dónde viene? Pues del pasaje bíblico de la última cena, cuando Jesús predice que uno de sus apóstoles (San Pedro, para más señas) lo negará tres veces antes de que cante el gallo, es decir, antes del nuevo día.
PONERLE LA CRUZ A ALGUIEN. Si pensabas que esto provenía de un mafioso que le puso una marca al nombre de alguien en su lista de conocidos para señalarlo como “persona non grata”… no exactamente (aunque el significado último no apunta muy lejos, como ya sabes). En realidad, hace referencia al pasaje de la Biblia donde los romanos obligan a Jesús a cargar con la cruz de madera en la que lo van a crucificar.
¡QUÉ CRUZ! Y siguiendo con el mismo pasaje, tenemos esta expresión con la que afirmamos que algo o alguien nos resulta insoportable o muy pesado.
LAVARSE LAS MANOS (EN UN ASUNTO). Todos hemos dicho esto alguna vez para expresar que alguien se desentiende de un asunto, que no quiere responsabilizarse de ello. Del mismo modo que el gobernador Poncio Pilatos le cedió al pueblo de Judea la decisión de crucificar o no a Jesús, para lo cual realizó el gesto de lavarse las manos, demostrando así que no tenía ninguna responsabilidad en tal decisión.
PARA MÁS INRI. El acrónimo “inri” se refiere a la expresión latina “Iesus Nazarenus Rex Iudaerorum” (es decir, “Jesús nazareno, rey de los judíos”), inscripción que Poncio Pilato ordenó ubicar, a modo de burla, en la parte superior de la cruz de Jesucristo. En la actualidad, decimos de forma más o menos irónica “para más inri” como sinónimo de “por si fuera poco”.
METER EL DEDO EN LA LLAGA. Usamos esta expresión para afirmar que se toca un tema muy sensible y, por tanto, hasta cierto punto doloroso (como doloroso es introducir el dedo en una llaga). Y, aunque podría creerse que este es el origen metafórico más bien laico de la expresión, lo cierto es que de nuevo tiene un origen bíblico. Cuando Jesús resucitó, se encontró con santo Tomás, que no creía que el supuesto resucitado fuera su maestro. Así pues, Jesús le mostró las heridas que le habían infligido durante su crucifixión y lo invitó a que introdujera el dedo en ellas para constatarlo (y, de este modo, demostrarle que sí era su maestro resucitado). Como ves, el pasaje trata diversos temas, pero la frase hecha que ha sobrevivido se centra más bien en el aspecto doloroso del asunto.
LLORAR COMO UNA MAGDALENA. Decimos esto para expresar que alguien llora muchísimo. Y, efectivamente, su origen no está en los deliciosos dulces que tomamos para el desayuno o la merienda, sino en el personaje bíblico conocido como María Magdalena, seguidora de Jesús que lloró con amargura la muerte de este a los pies de la cruz.
VIVIR/PASAR UN CALVARIO. Lo utilizamos como sinónimo de atravesar una situación muy dolorosa y complicada, al igual que Jesús atravesó con gran sufrimiento la suya propia en el monte Calvario, donde lo crucificaron.
ESTAR HECHO UN CRISTO. Esta expresión se emplea para afirmar que alguien presenta un aspecto físico muy lamentable y, en efecto, hace eco del terrible aspecto que ofrecía Jesús como resultado de las torturas a las que lo sometieron y las caídas que sufrió en el proceso de su crucifixión.
SER UN JUDAS. Es una forma bastante melodramática a la vez que elegante de tachar a alguien de traidor. Y, al igual que el nombre de la banda de heavy Judas Priest, su origen está en el personaje bíblico Judas Iscariote, discípulo de Jesús que traicionó a su maestro por treinta monedas.
Bueno, y en realidad tenemos más expresiones, como “de Pascuas a Ramos”, “estar más contento que unas pascuas” o “la procesión va por dentro”, pero en todos esos casos resulta tan obvio y literal su origen que dudamos te hubiera pasado desapercibido.