Se acerca la noche del 31 de octubre, esa fecha en que la delgada línea que separa el mundo de los vivos y el de los muertos se vuelve difusa. Toca, pues, encender farolillos de calabazas talladas con horribles caras para ahuyentar a las brujas y los malos espíritus. Y disfrazarse para que los seres sobrenaturales nos tomen por uno de los suyos y nos dejen en paz. Disfrazarse de lo que sea: superhéroes, mitos del cine de terror, zombies… ¿O se escribe “zombis”?
Efectivamente, la entrada de esta semana consiste en una serie de consejos para que los fantasmas de la mala ortografía no vengan a por ti… ¡Bu!

HALLOWEEN. La festividad en sí se escribe con inicial mayúscula, en redonda y sin comillas. ¿En serio en redonda? En serio. Recuerda que, al tratarse del nombre oficial de una festividad, no necesita cursiva (por mucho que esté en inglés).

NOCHE DE BRUJAS, DÍA DE TODOS LOS SANTOS… Por otro lado, si eres de quienes reniegan de Halloween pero no tanto del Día de Todos los Santos, no olvides que los nombres oficiales de festividades se escriben con iniciales mayúsculas en todos los elementos significativos: “Día de Todos los Santos”, “Día de Muertos”… o incluso “Noche de Brujas”. Eso sí, ten en cuenta que no son las mismas festividades, por muy cerquita que caigan las unas de las otras.

OJO CON LA FECHA. Si quieres especificar cuándo cae exactamente Halloween, tendrás que decir que es la noche del “31 de octubre” (inicial minúscula en el mes, nada de “Octubre”). Por otro lado, si por motivos estilísticos ese “31” va a estar encabezando una oración, procura escribirlo mejor en letra que en cifra, pues siempre queda un poco desconcertante (por no decir cutre) ver una cifra abriendo una oración. Así, sería “Treinta y uno de octubre”.

¿”TRICK OR TREAT”? La traducción más habitual para esta expresión inglesa con la que los niños piden caramelos de puerta en puerta es “truco o trato”. En realidad, hay otras menos asentadas como “dulce o trato”, pero la primera tiene la ventaja de mantener el juego sonoro (que no tanto el semántico, por cierto, pues el “treat” inglés parece referirse más a la acepción de “obsequio” que a la de “trato”).

CRIATURAS DE LA NOCHE. Y por último pero importantísimo, decimos “hombre lobo” (con minúscula y separado, sin guion), “zombi” (con minúscula, en redonda y sin ninguna “-e” final), “Drácula” (en mayúscula, que para eso es un nombre propio, y tildado en la primera “a” porque lo hemos castellanizado)… y, sí, el señor gigantesco con costurones en su piel verde y un tornillo a cada lado del cuello es “el monstruo de Frankenstein” (jamás tuvo nombre de pila, el pobre, pues “Frankenstein” a secas era su creador). Ah, y si vas a hacer alguna referencia a Freddy Krueger, más te vale aprenderte bien cómo se escribe, pues ya ves que su nombre tiene más trampas que las pesadillas donde hace estragos. De lo contrario, mejor referencia a la muñeca Annabelle. Que no Anabel, a no ser que te disfraces de Anabel Alonso (y tan terrorífica no parece…).

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