Como todo el mundo sabe, subtitular consiste en incorporar sobre la proyección de un producto audiovisual un texto escrito que traduce de forma sincronizada lo que se está escuchando en el discurso oral de las imágenes. Lo que quizá no tenga tan claro todo el mundo es que, para subtitular de forma adecuada, no basta simplemente con traducir. De hecho, el subtitulado presenta una serie de características muy especiales que pueden convertirse en obstáculos si no las gestionamos debidamente. Las veremos distribuidas en cuatro grandes bloques:

CARACTERÍSTICAS ESPACIALES
– Los subtítulos siempre deben ubicarse en la parte inferior de la pantalla (salvo si en la parte inferior ya aparece integrado algún subtitulado de otro tipo, como los nombres del equipo técnico en determinadas series, por ejemplo; en tal caso, nuestro subtítulo tendrá que ubicarse en otro sitio, generalmente la parte superior).
– Cada subtítulo no puede ocupar más de dos líneas.
– Cada línea no puede ocupar más de cuarenta caracteres como máximo, para facilitar la lectura. Por supuesto, en determinados casos eso nos obligará a condensar ideas, elidir determinadas palabras y buscar fórmulas más sencillas. Por cierto, cada consonante o vocal cuenta igual que los signos ortográficos (comas, exclamaciones, interrogaciones…)
– En el caso de que hablen dos personajes en el mismo subtítulo, se reservará una línea para cada uno (y la destacaremos de algún modo: siempre apertura de parlamento con guion y, a veces, cambio de color tipográfico).

CARACTERÍSTICAS TEMPORALES
– Los subtítulos deben estar sincronizados de tal modo que cada uno aparezca y desaparezca de la pantalla al mismo tiempo que el discurso oral que traduce.
– La duración mínima de un subtítulo es de un segundo y la máxima es de seis.
– Un subtítulo de una sola línea suele permanecer en pantalla en torno a tres segundos, mientras que uno de dos líneas permanecerá por un máximo de seis segundos.

CARACTERÍSTICAS ORTOTIPOGRÁFICAS
– Usamos puntos suspensivos para indicar pausas, interrupciones u omisiones en el discurso.
– Recurriremos a las comillas dobles (“”) para marcar citas o para resaltar el valor de determinados términos (incorrecciones gramaticales, juegos de palabras, apodos…).
– Utilizamos cursiva para ciertas voces específicas: voces de televisores o de la radio, de personajes que se encuentran fuera de pantalla, de títulos de películas o libros, de letras de canciones que están sonando y de expresiones o parlamentos en lengua extranjera.

CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
– Debemos procurar que ambas intervenciones lingüísticas (la del discurso oral y la del escrito) se encuentren lo más sincronizadas posibles.
– Y por último, pero no menos importante (a fin de cuentas, ya lo hemos anticipado más arriba), recordemos que muy a menudo el subtitulado exige acortar el discurso escrito con respecto al oral. Por supuesto, para ello debemos escoger aquellas partes del contenido que consideremos más relevantes y elidir o modificar las que no (por ejemplo, evitando repetir ciertas palabras, suprimiendo interjecciones, acortando o directamente quitando muletillas y conectores…).

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