A menudo pensamos que el mundo digital fluye con tal libertad que se encuentra exento de normas. Pero ya vimos hace unas semanas que incluso algo tan “loco” como los emojis se ve sujeto a ciertos criterios de lo que se considera uso apropiado. Dicho esto, ¿cómo no va a haber también ciertas normas para redactar un simple correo electrónico? Evidentemente, se da una cierta variabilidad de matices dependiendo del tipo de correo y del destinatario, pero ello no obsta para que debamos observar unos sencillos pasos siempre.

1. No dejes vacío el “asunto” del correo. Escribe un breve título en esa casilla donde se condense el contenido de tu mensaje, para así anticipar a la persona interesada lo que va a encontrar en su interior. Y evita asuntos demasiado inconcretos. Mejor “Dudas sobre mi reserva en la casa rural” que “Unas preguntitas”, ¿no crees?

2. Asegúrate de comenzar con una fórmula de saludo. Dentro de esa línea independiente, incluye el nombre, apellido o cargo de la persona interesada y cierra con dos puntos (ojo: no con coma) justo antes de pasar al siguiente renglón, donde ya empezaría el cuerpo propiamente dicho del correo. Ejemplos:

Estimada señora Sardà:
Buenos días, Lucio:

3. Vigila tu redacción. Por supuesto, aquí entrarían en juego esos matices de los que hablábamos antes: ¿qué grado de formalidad exige tu correo?, ¿tienes un trato lo bastante cercano con el destinatario como para tutear?, ¿puedes permitirte el lujo de dar rodeos o sería mejor ir al grano? En general, nosotros te aconsejamos que intentes sintetizar tus ideas, y a ser posible en un par de párrafos como mucho (más que en uno gigantesco, que puede resultar abrumador). Tampoco está de más que moderes el uso de las mayúsculas y las admiraciones, por muy entusiasta (o alarmista) que seas en tu vida personal. Ah, y pon especial atención a la ortografía, por favor, incluso aunque el correo no vaya dirigido precisamente al director de tu empresa. Entre los motivos que desencadenan más rupturas sentimentales están, en primer lugar, las vacaciones de verano; y, en segundo, demasiados mensajes llenos de faltas ortográficas. ¡Ojo avizor!

4. Asegúrate de concluir en una línea independiente con una fórmula de despedida formal, que cerrará con coma (ojo: no con dos puntos) justo antes de pasar al siguiente renglón, donde incluirás tu firma, es decir, tu nombre y apellidos (y, si procede, cargo, dirección, teléfono…). Ejemplos:

Atentamente,
Un saludo cordial,

5. Revisa antes de enviar. Recuerda que las erratas son peligrosas y escurridizas como serpientes, así que siempre se agradece un último repaso de tus textos antes de darlos por buenos. Evidentemente, está norma sigue siendo aplicable (y mucho) a los correos electrónicos.

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