El DRAE define la palabra “gerundio” del siguiente modo: “Forma no personal del verbo, cuya terminación en español es ‘-ndo’, que puede formar perífrasis verbales, como ‘Está cantando’, y aparecer en diversos contextos en los que posee carácter adverbial, como ‘corriendo’ en ‘Vino corriendo’”.
Sencillo, ¿verdad? Pues no. De hecho, a la hora de usar esta forma verbal metemos la pata más de lo que debiéramos. Así pues, esta semana vamos a indicarte aquellos usos que son un “aaargh” en toda regla.
“VENGA, QUE ES GERUNDIO”. Queremos empezar la lista con una nota de humor, pero tristemente basada en hechos reales. No, amigos, “venga” NO es gerundio. Y “vamos” tampoco. Ni “deprisa”. En todos los casos, se trata de una reelaboración errónea de la expresión “Andando, que es gerundio”. Y ahí sí: “andando” lo es por derecho.
GERUNDIO DE POSTERIORIDAD. Dado que el gerundio suele expresar simultaneidad o anterioridad en relación con el verbo al que modifica, debe evitarse su uso cuando la acción que denota es posterior a la acción que expresa el verbo principal. Por ejemplo, en la frase “Estudió Medicina en Caracas, trasladándose después a Alabama para ejercer como cirujano” (lo correcto, en vez de “trasladándose”, sería “para después trasladarse”, por ejemplo). No obstante, sí se admite este tipo de uso cuando ambas acciones son tan inmediatas que casi podríamos entenderlas como simultáneas (“Cayó por las escaleras, rompiéndose varios huesos”) o cuando el gerundio indica la consecuencia de lo expresado con el verbo principal (“Las llamas envolvieron el edificio, dejándolo todo completamente calcinado”).
GERUNDIO ADJETIVO. Este galicismo es un error menos común que el caso anterior, pero que no por ello da menos dentera. Consiste en usar el gerundio como si fuera un adjetivo que especifica a un sustantivo. Por ejemplo, en la frase “El Gobierno de España ha aprobado un decreto regulando los casos de ‘dumping’” (para solucionarlo, bastaría con que sustituyéramos ese “regulando” horroroso por “que regula”).
GERUNDIO PARTITIVO. Y nos despedimos con otro uso que no hay por donde cogerlo. No tanto porque sea impepinablemente incorrecto, sino porque es impepinablemente engolado y poco elegante, como aduce la Fundéu, a grandes rasgos. Lo detectamos cuando un gerundio se usa para modificar la porción que se toma o que se separa de un conjunto. Por ejemplo, en la oración “Por favor, lea todos nuestros requisitos, siendo los subrayados los más importantes” (si quisiéramos evitarnos ese “siendo”, podríamos sustituirlo sin problemas por “de los que son”).
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