Aunque hay quien lo considera un formato quizá desfasado, lo cierto es que los dosieres o kits de prensa siguen conformando una herramienta de gran utilidad para reforzar las relaciones públicas de una empresa. Ya sea con el fin de lanzar nuevos productos, presentar una firma o anunciar algún evento especial (incluidas, por supuesto, conferencias de prensa), se trata de una carta de presentación que, adecuadamente organizada, con una buena criba de datos y un diseño atractivo, puede maximizar los buenos resultados que persigues.
Pero ¿a qué llamamos un “buen” dosier de prensa? En realidad, esto depende mucho de la propia empresa, su actividad comercial y los objetivos específicos que pretende alcanzar presentando este dosier. Lo que sí podemos decir es que se recomienda para el documento una extensión razonable, más bien económica, a no ser que resulte demasiado complicado resumir la información sin generar confusión o ambigüedad.
Sea como sea, por lo general hay tres elementos esenciales que conviene tener en cuenta siempre:
1) QUÉ Y QUIÉN. Nos parece imprescindible que reserves un apartado para la información corporativa básica: ¿qué actividad define a la empresa?, ¿cuál es su historia?, ¿cifras de mercado?, ¿equipo humano?, ¿clientes habituales?
2) MÁS QUÉ Y QUIÉN. Es hora de profundizar un poco más en algunos datos ya perfilados en el punto anterior, decantándose siempre que se pueda por un lenguaje directo y atractivo. A través de lo particular es como nos diferenciamos de lo general… Pero, ojo, no todo vale para diferenciarse. Las virtudes son las que son, y basta con señalarlas (nada de multiplicarlas).
3) DISEÑO ATRACTIVO. Aunque tal vez obste subrayarlo, el apartado visual siempre adquiere gran importancia en un dosier de prensa: bonitas fotografías (del producto, de las instalaciones, incluso del equipo), logotipos, paleta de colores, tipografías, textos escuetos en la medida de lo posible y bien distribuidos… En definitiva, un diseño de maquetación pensado al detalle tanto en forma como en fondo, lo bastante informativo pero no muy abigarrado. Recuerda que vivimos en una sociedad donde prima lo visual, por lo que más vale no descuidar este “aspecto” (valga el juego de palabras).