Pese a su infrecuencia en niños y adolescentes, el cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre este sector de la poblacional en todo el mundo, incluido nuestro país. Por ello, cada 21 de diciembre se conmemora en España el Día Nacional del Niño con Cáncer, con el objeto de concienciar sobre esta terrible enfermedad y la urgencia de garantizar a los niños y adolescentes que la padecen acceso a un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Aprovechando la conmemoración anual de este lunes, queremos ofrecerte algunos consejos de escritura.
1. Mayúsculas en los nombres oficiales. Escribiremos “Día Mundial del Niño con Cáncer”, con mayúscula al inicio de todas las palabras significativas, dado que se trata del nombre “oficial” por el que se lo conoce. El artículo “el” antepuesto al nombre solo es necesario que lleve mayúscula inicial al principio de frase; en los demás casos, siempre minúscula.
Asimismo, cuando desarrollemos las siglas de la FEPNC, lo haremos así: Federación Española de Padres de Niños con Cáncer. Y no olvidemos que, si bien escribimos “Ministerio de Sanidad” (mayúscula al inicio de todas las palabras significativas), expresaremos “ministro de Sanidad” con el cargo en minúscula (y manteniendo la mayúscula inicial solo para el nombre del ministerio).
2. La expresión “cáncer maligno” es redundante: Dado que un cáncer equivale a un tumor maligno o una neoplasia maligna, queda un poco reiterativo que digamos que un tumor maligno es un cáncer maligno, dado que la palabra “cáncer” ya incluye de por sí el matiz de “maligno”.
3. “Severo” no equivale a “grave”. Esta confusión se debe a un préstamo inadecuado del inglés “severe”, donde sí se produce sinonimia. Pero en español no se da esta equivalencia, por lo que lo apropiado sería decir que se trata de una enfermedad “grave” o “seria”, no “severa”.
4. “Canceroso” y “cancerígeno” no son lo mismo. Afirmamos que algo es “cancerígeno” cuando puede producir cáncer y que algo es “canceroso” si tiene las características o la naturaleza del cáncer. Por lo tanto, no deberíamos hablar de “célula cancerígena”, sino de “célula cancerosa”, del mismo modo que determinadas sustancias que introducimos en nuestro organismo no son “cancerosas”, sino “cancerígenas”.
5. Espacio fino entre cifra y símbolo de porcentaje. Por lo tanto, cuando hablemos con optimismo sobre el pronóstico de esta enfermedad, no escribiremos que algunos tipos de cáncer infantil son curables en un “90%” de los casos, sino en un “90 %”.