Es probable que nuestra entrada de esta semana te resulte un tanto… desconcertante, como poco. Al fin y al cabo, ¿quién usa hoy en día estas dos palabras, es decir, “cuan” y “cuán”? De hecho, ¿cuándo fue la última vez que las vimos escritas?, ¿en “La regenta”?
Vale, estamos exagerando. Pero tampoco demasiado, no te creas, pues, en efecto, su uso es poco habitual hoy (sobre todo, tildado). Y, aun así, por supuesto que se utiliza. A veces, para aportarle al discurso un tono exagerado y solemne, casi arcaico, y sin duda jocoso. Otras, de forma voluntariamente seria, ¿por qué no? Y las menos, con una naturalidad apabullante, como en la frase “Por ir mirando el móvil, me di tal tortazo contra la farola que caí al suelo cuan largo soy”. Ahora bien, ¿qué hacemos con ese “cuan”? ¿Le cascamos una buena tilde a la “a” y nos quedamos más anchos que largos (nunca mejor dicho) o nos abstenemos de ello? A continuación te lo explicamos con pelos y señales.
El adverbio relativo átono “cuan” es un apócope de “cuanto”. Se usa antepuesto a adjetivos o a adverbios, en oraciones comparativas de valor ponderativo, con sentido equivalente a una de estas dos estructuras:
– “Todo lo + adjetivo” (como en, sí, la frase del ejemplo que hemos dado más arriba, donde ese “cuan largo soy” podría sustituirse por “todo lo largo que soy”).
– “Adverbio + que” (como en la frase “Créeme que lo estoy haciendo cuan rápidamente puedo”; vale, suena rara, pero nadie te va a condenar a cadena perpetua por usarla).
Como sinónimo de “como”, también usamos “cuan” en correlación con “tan” cuando introducimos el segundo término de una comparación de igualdad. Por ejemplo:
“Me encanta que compartáis conmigo información tan interesante cuan útil” (también podríamos haber dicho —y, con toda probabilidad, lo hubiéramos hecho, a no ser que quisiéramos impresionar quién sabe a quién— “tan interesante como útil”).
Pero, entonces, ¿cuándo tildamos esa dichosa palabra? Pues nada más y nada menos que cuando se usa como adverbio interrogativo o exclamativo tónico, apócope de “cuánto”. Por lo general, lo veremos antepuesto a adjetivos o a adverbios para introducir estructuras exclamativas directas e indirectas de valor ponderativo. He aquí un par de ejemplos:
“¡Cuán complicado es el amor, pardiez!”.
“Jamás pudo haber imaginado cuán hermosa iba a resultarle la experiencia”.
Por otro lado, el adverbio “cuán” también puede usarse como sinónimo de la estructura “cómo de” para introducir enunciados interrogativos directos y subordinadas interrogativas indirectas. Por ejemplo:
“¿Le importaría decirme cuán lejos viaja esta aerolínea?”.
A decir verdad, para saber si lleva tilde o no, muchas veces bastará con que nos fiemos de nuestro oído y de cómo marcamos esa tilde al pronunciar “cuán”… o de cómo no la marcamos lo más mínimo al pronunciar “cuan”. De todos modos, ante la duda, siempre tienes esta pequeña guía que hemos elaborado.