Quizá recuerdes aquella famosa intervención política (casi viral) que tuvo lugar en 2018 cuando Gabriel Rufián, portavoz de ERC, le dijo a Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, que le iba a formular la “doceava” pregunta de la comparecencia. Antes de que llegara a formulársela siquiera, la expresidenta lo corrigió con un cantarín “decimosegundaaa” digno de la mismísima Sara Montiel haciendo de monjita en alguna de sus célebres películas. Rufián se repuso muy rápido de la colleja verbal y, sin perder el humor, se excusó afirmando: “Bueno, decimosegunda. Yo es que soy de barrio”.
Dejando de lado hasta qué punto el hecho de ser de barrio te exime o no de conocer este dato, hemos optado por dedicar la entrada de esta semana a discernir qué diferencia hay entre “doceava” y “decimosegunda” (y si hay alguna con “duodécima”). Así que apunta bien, para que nadie te pille en falta.
DECIMOSEGUNDA: Esta palabra es un numeral ordinal, que, como la propia RAE señala, “expresan orden o sucesión en relación con los números naturales e indican el lugar que ocupa, dentro de una serie ordenada, el elemento al que se refieren”. Por lo general, son adjetivos, y pueden ir pospuestos al sustantivo, aunque suelen estar más bien antepuestos. Ejemplo: “Señora Aguirre, a continuación voy a formularle la decimosegunda pregunta” (hay una sucesión de preguntas y la que vamos a hacerle ahora ocuparía el puesto doce).
DOCEAVA: Se trata de un adjetivo numeral fraccionario (o partitivo) que usamos para expresar la división de un todo en partes. Así pues, sirve para designar una o varias de las fracciones iguales en las que ha quedado dividida una misma unidad. Ejemplo: “Una treceava parte de los asistentes se quedaron sin entrada y no pudieron disfrutar del espectáculo”.
Por tanto, cuando el señor Rufián advirtió de que iba a formular la “doceava pregunta”, estaba usando de forma incorrecta un numeral fraccionario, pues lo que en realidad quería él no era referirse a las porciones de un todo, sino al orden (“decimosegundo”) de dicha pregunta dentro de una sucesión.
Ahora bien, ¿qué ocurre con “duodécima”? Pues esta palabra es en cierto modo comodín, es decir, que podemos usarla como ordinal y como fraccionario. Así, podemos decir perfectamente “Señora Aguirre, a continuación voy a formularle la duodécima pregunta” y también “Una duodécima parte de los asistentes se quedaron sin entrada y no pudieron disfrutar del espectáculo”.

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