Seguro que te ha ocurrido alguna vez: estás escribiendo un texto tan tranquilamente y, de pronto, ¡zas!, surge la duda. ¿Se escribe “por qué” o “porqué”? ¿O era “porque”? De hecho, ¿no hubo una vez que viste por ahí un “por que”? Maldición, ¿cuál uso de todos? Que no cunda el pánico, pues en la entrada de esta semana te daremos unas claves muy sencillas para distinguirlos.

PORQUE: Conjunción átona, sin tilde. Equivale a “ya que” o “puesto que”, de modo que introduce oraciones subordinadas de causa:

“No lo hago porque no me da la gana” (= “No lo hago, puesto que no me da la gana”).

PORQUÉ: Sustantivo masculino que equivale a motivo, causa o razón. Lleva tilde por ser palabra aguda terminada en vocal. Suele usarse precedido de artículo u otro determinante:

“He aquí el porqué de mi reacción”.

Además, al igual que ocurre con otros sustantivos, admite forma plural:

“No entiendo a María, pero seguro que tiene sus porqués”.

POR QUE: Secuencia que puede tener dos naturalezas distintas:

1. Preposición “por” + relativo “que”. Generalmente, en este caso el relativo va precedido por un artículo:

“Me gustaría saber el motivo por (el) que me has dicho eso”.

2. Preposición “por” + conjunción subordinante “que”. Un buen truco para distinguirlo es sustituir la secuencia que sigue a la preposición “por” con el pronombre “eso”:

“Voto por que vayamos de vacaciones a Galicia” (= “Voto por eso”).

Dentro de esta misma secuencia, también puede usarse “por que” con el valor de “para que”, aunque en tal caso la RAE prefiere que se escriba todo junto como “porque”:

“He luchado mucho por que/porque las cosas salieran a pedir de boca”.

POR QUÉ: Secuencia compuesta por la preposición “por” y el interrogativo o exclamativo tónico “qué” (la tilde diacrítica nos sirve para distinguirlo del relativo y de la conjunción “que”). Introduce oraciones interrogativas y exclamativas, tanto directas como indirectas:

“¿Por qué me estás contando esto?”
“¡A saber por qué medios lo has logrado!”
“Francamente, no sé por qué lo hice”.

Confiamos en que esta pequeña guía haya sido lo bastante ilustrativa y te sirva un poquito si surge de nuevo la duda. Porque ahora ya no hay excusas ni porqués por que escribir mal un “por qué”, ¿no crees?

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