Aunque resulta un poco complicado dar con una definición absolutamente completa y satisfactoria, podríamos definir el diseño editorial como aquella rama del diseño gráfico que se ocupa de diseñar y componer una publicación, desde novelas o enciclopedias hasta revistas y periódicos (aunque también catálogos comerciales e incluso, por qué no, informes empresariales).

Claro que el diseño gráfico debe adaptarse a las necesidades específicas de cada texto concreto. Así, en una novela será fundamental que el diseño busque casi de forma específica optimizar la legibilidad del texto. Sin embargo, en una revista habrá que buscar que texto y elementos gráficos se combinen de forma armoniosa, relevante y eficaz.

Sin embargo, no todo es tan sencillo, pues el diseño editorial se compone de más variables que exigen abordarlo de un modo u otro. Por ejemplo, el formato del texto. No se puede tratar del mismo modo el diseño editorial de una publicación impresa que el de una digital (basta con que comparemos, sin ir más lejos, la edición impresa de un periódico de tirada nacional con la edición en línea de ese mismo periódico en su página web). Pero, incluso si hablamos exclusivamente de publicaciones impresas, no será igual el diseño de un periódico diario (gran formato) que el de una revista semanal o mensual.

También adquieren una importancia decisiva en el diseño editorial muchos otros elementos, desde la tipografía (esto es especialmente importante en una publicación literaria, donde una fuente tipográfica mal elegida puede volver casi ilegible el texto) hasta los elementos gráficos o incluso los colores (la paleta cromática de una portada de revista puede incluso anticiparnos el tono discursivo que nos espera en el interior).

Así pues, de poco sirve ofrecer un texto impecable, perfectamente limpio de fisuras, si después lo insertamos en un marco inadecuado que lo desluce por completo. Sobre todo, en una sociedad como la actual, cada vez más visual y decantada a lo estético. A fin de cuentas, el diseño editorial es en cierto modo la carta de presentación de un producto… y nadie quiere recibir una carta llena de manchurrones.

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