A la hora de maquetar un texto, son muchos los errores en que se puede incurrir. Y si, además de texto, se incluyen imágenes y tablas, la dificultad y los problemas pueden duplicarse o incluso triplicarse, como es de prever. Pero que no cunda el pánico: hoy vamos a centrarnos únicamente en algunos errores esenciales que pueden cometerse al maquetar un texto. Se trata de cuatro pequeños detalles que quizá puedan pasarle inadvertidos al ojo inexperto, pero que pueden convertirse en fallos garrafales cuando los detectan lectores más experimentados. Como suele decirse, no están todos los que son, pero son todos los que están.
Viudas y huérfanas
Como las define Wikipedia, “en tipografía, las líneas viudas y huérfanas son líneas que, por quedar en una página o columna distinta que el resto del párrafo al que pertenecen, aparecen aisladas de su contexto”. En concreto, las líneas viudas aparecen al principio de la página o columna siguiente; en cambio, una huérfana es la primera línea de un párrafo que aparece al final de una página o columna, y cuyo párrafo continúa en la página o columna siguiente. Este error, que conviene evitar, suele ocurrir cuando se justifica un texto por ambos lados.
Partición de palabras a final de línea
Aunque en ocasiones resulta inevitable, este error produce un efecto de lo más antiestético sobre todo en dos casos: cuando partimos una palabra corta (“a-yer”) y, peor incluso, cuando la partición conlleva que una de las sílabas se convierta, de forma involuntaria para el maquetador, en una palabra malsonante (“artí-culo”).
Ríos y calles
Quizá es uno de los errores que menos saltan a la vista a un ojo inexperto y, por ello, tal vez uno de los más difíciles de detectar. Cuando se maqueta un texto, la forma en que se separan las palabras a lo largo de la página puede generar auténticas hileras de espacios en blanco que recorren el texto de arriba abajo. Un truco sencillo para detectarlos consiste en poner la página al revés, de modo que el texto se convierte en algo ilegible e ininteligible, lo cual nos ayuda a captar sin interferencias esas molestas “calles” en blanco.
Palabras repetidas
Casi podríamos considerarlas la versión “en letra” de los ríos o calles “en blanco” que acabamos de ver. Ocurre cuando, por azares de la maquetación, una misma palabra se repite en varias líneas seguidas y, además, ocupando cada vez exactamente la misma posición dentro de la línea. Quizá a priori suene rebuscado, pero no es tan infrecuente que un artículo “la” aparezca a principio de línea durante tres líneas consecutivas, por ejemplo. Y el efecto que provocan esas tres “las” es, siempre, bastante antiestético.