En nuestro día a día usamos expresiones y frases hechas de lo más peculiares, cuyo significado nos limitamos a asumir y dar por hecho. Sin embargo, a menudo ni siquiera nos planteamos de dónde provienen exactamente, por raras que en realidad nos suenen a poco que pensemos en ellas.
Uno de esos casos es el de la expresión “a trancas y barrancas” ¿De dónde surge? ¿Qué son esas trancas y esas barrancas? (Alerta de destripe: No, no son dos mascotas de un programa de la tele, pues en realidad esas van con inicial mayúscula por tratarse de sus nombres propios).
Como nos indica el propio DRAE, “a trancas y barrancas” es una locución adverbial coloquial que significa “pasando todo tipo de obstáculos”. Lo cierto es que no sabemos con exactitud cuándo se origina la expresión en sí, aunque ya antes del siglo XVII se mencionan tanto el término “tranca” como el de “barranca” (eso sí, por separado) con el sentido de “problema, inconveniente o dificultad”.
Ahora bien, ¿a qué tipo de “trancas” nos referimos cuando usamos esa expresión? Antiguamente, se denominaba “trancas” a las estacas de madera que se empleaban a modo de cerrojo para atrancar puertas o ventanas y así evitar que pudieran abrirse desde el otro lado. De hecho, este significado aún pervive en la segunda acepción del término según el DRAE: “Palo grueso que se pone para mayor seguridad, a manera de puntal o atravesado detrás de una puerta o ventana cerrada”.
¿Y lo de las “barrancas”? ¿No debería ser “barrancos”, en masculino? De hecho, ambos términos (tanto el masculino como el femenino) se entienden como sinónimos de “despeñadero” o “precipicio”; y así los recoge el DRAE, pese a que en la actualidad parece que la modalidad femenina casi la hemos relegado a la expresión que estamos analizando.
En definitiva, esas dos expresiones que antes se usaban por separado como sinónimas de “problemas, dificultades” acabaron uniéndose en una sola a modo enfático. De este modo, y si lo entendemos de forma literal, hacer algo “a trancas y barrancas” significa que para lograr algo hemos tenido que atravesar puertas atrancadas y transitar peligrosos despeñaderos.