La RAE define en su segunda acepción el sustantivo “redundancia” como una “repetición o uso excesivo de una palabra o concepto”. Seguro que te suena, ¿verdad? Lo has vivido en tus carnes. Por ejemplo, cuando te han censurado las expresiones “bajar abajo” o “subir arriba” por redundantes, es decir, por reiterativas. ¡Pues claro que subes “arriba”, no va a ser “abajo”!
Ahora bien, ¿podemos considerar que todas las redundancias son una metedura de pata que debería evitarse? No siempre. A veces, más que un desliz, constituyen un uso de lo más intencionado que no tiene por qué censurarse. Y que, de hecho, incluso puede haberse incorporado al DRAE, como la expresión “panacea universal”, que hubo un tiempo en que se consideraba redundante debido a su adjetivo (si la panacea es un remedio que cura cualquier mal o enfermedad, es forzosamente “universal”, ¿verdad?).
En la entrada de esta semana, te hablaremos de algunas expresiones que quizá hayas leído que son redundantes… pero que no tienen por qué. A veces podemos usarlas con todo el cuajo por motivos enfáticos, otras por razones expresivas y otras para aportar contexto y despejar posibles ambigüedades.
ACCIDENTE FORTUITO: En efecto, todos los accidentes lo son. Sin embargo, en el ámbito de los seguros es muy común esta expresión para referirse a un tipo específico de accidente: aquel que resulta inevitable, en el que las partes implicadas no tienen culpa ni, por tanto, responsabilidad. Y, por supuesto, convendremos en que algunos accidentes sí son evitables.
ACTUALMENTE EN VIGOR: No todo aquello en vigor “lo está actualmente”. Hay cosas que “estaban” en vigor “en otro tiempo”, pero ya no.
AL FINAL DEL TODO: Este uso no puede considerarse redundante cuando lo empleamos de forma enfática. Porque hay cosas que suceden “casi al final”, “hacia el final” y “más o menos hacia el final”… pero ese “al final del todo” cae como una losa y nos deja clarísimo que nada de medias tintas: que ocurrió al final finalísimo de verdad de la buena.
BAJAR ABAJO: En realidad, “bajar” indica movimiento en una dirección inferior y “abajo” denota un lugar inferior. Por tanto, si bien “bajar hacia abajo” o “bajar para abajo” sí serían redundantes, no lo sería tanto “Vale, no te montes en el ascensor si no quieres, ve por las escaleras. Pero no bajes abajo: baja solo hasta el rellano”. Además, mucho quejarse de la redundancia de “bajar abajo”, pero nadie se queda de la de “bajar al sótano” o “bajar al entresuelo” (que, en efecto, pueden usarse para contextualizar, pues uno puede “subir al entresuelo” si se encuentra aún más abajo de este).
BREVE RESUMEN: Seguro que este lo tienes bastante claro: aunque un resumen pueda entenderse de por sí como “breve”, no es lo mismo el resumen en dos párrafos de un artículo de cinco páginas que el resumen de cinco páginas de un ensayo de quinientas. Desde luego, el primer resumen se ha ganado más a pulso el apelativo de “breve” que el segundo.
CAÍDA ACCIDENTAL: Si has practicado cierta actividad de riesgo, sabrás que algunas caídas no son nada accidentales, sino buscadísimas, como la “caída libre” del paracaidismo. Del mismo modo que tampoco son exactamente accidentales la “caída de la noche” o la “caída de la bolsa”, ¿verdad?
Y hasta aquí nuestra primera tanda de expresiones redundantes que quizá lo sean menos de lo que creías. En breve, más.

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