Aunque a veces la dura realidad apunte a lo contrario, lo cierto es que traducir siempre ha sido (y aún es) un asunto muy serio. Sin ir más lejos, recordarás que ya en su momento dedicamos una entrada a grandes pifias de traducción que cambiaron el rumbo de la historia. Ríete tú de “El ministerio del tiempo” y sus paradojas temporales que modifican el devenir de la humanidad…, bueno, el de España.
Por suerte, la traducción también puede convertirse en un asunto muy divertido, por no decir tronchante, sobre todo cuando se hace mal y dando palos de ciego. Claro que, si además esos palos se dan en un terreno como el del marketing y la publicidad, y para más inri afectan a grandes multinacionales, pues qué te vamos a contar. Así que agarra palomitas, pues en la entrada de esta semana te hablaremos de algunos de los casos reales más divertidos (cuando no bochornosos). Y si te da apuro reírte de las afligidas empresas que los han padecido, no temas, que probablemente se secaron las lágrimas con cheques llenos de ceros.
PEPSI: Para ir abriendo boca, comenzamos nada menos que con Pepsi. En la década de los 90, la empresa estadounidense quiso traducir al mandarín su eslogan “Come Alive with the Pepsi Generation”, es decir, algo así como “Revive con la generación Pepsi”. Por desgracia, el texto resultante fue digno de una terrorífica campaña de Halloween: “Pepsi trae a tus ancestros de la tumba”. ¡Qué miedo!
COCA-COLA: Pero ojo, porque la gran rival de Pepsi también tiene sus buenos gazapos. De nuevo en China (de verdad, pobres chinos…), cuando a la empresa se le ocurrió adaptar el nombre de su marca al idioma del país, se decantaron por una peculiar representación fonética: “Ke-kou-ke-la”. Tan convencidos estaban que hicieron imprimir miles de carteles. Y quizá no lo habrían hecho si hubieran caído en un pequeño detalle: en el país asiático, aquello significa “yegua rellena de cera”. Dalí habría estado orgulloso.
KENTUCKY FRIED CHICKEN: Y pasamos del sector de las bebidas superazucaradas al de la comida basura. Sin movernos de Estados Unidos, cómo no. Pues esta cadena americana de pollo frito tenía el simpático lema “Finger lickin’ good”, que en español podríamos traducir más o menos como “Para chuparse los dedos”. El caso es que, cuando decidieron irrumpir con exactamente el mismo lema en (te vas a reír…) China, no tuvieron en cuenta que dicha expresión no existe en el país asiático, con lo que tradujeron algo parecido a “Cómete los dedos”. Los pobres chinos, entre los antepasados de ultratumba y los devoradores de dedos, ya tenían montado el apocalipsis zombi sin comerlo ni beberlo.
FORD: Dejamos atrás la comida rápida y pasamos al gigante automovilístico. Que además viene pisando fondo, si se nos permite el juego de palabras, pues las meteduras de pata las comete a pares. Empezamos con el despiste más frívolo: cuando Ford quiso comercializar en Brasil su modelo “Pinto”, no tuvo en cuenta que esa palabra puede significar en portugués algo así como “pene pequeño”; y, claro, como algunos toman su coche por una prolongación de su pene, entendemos que la empresa decidiera apresurarse a cambiar el nombre. Respecto al segundo error de traducción, este sí resulta más solemne: cuando creó un anuncio específico para China (¡que no, que es broma!, esta vez era para Bélgica), escogió una frase que resaltara los puntos fuertes de los vehículos: “Every car has a high-quality body”, es decir, “Todos nuestros coches tienen una carrocería de gran calidad”. Pero no estuvieron muy finos a la hora de traducir ese “body” al francés, pues se decantaron por un esplendoroso “Todos nuestros coches tienen un cadáver de gran calidad”. Quizá no te trataban como a un muerto de hambre, pero desde luego sí como a un muerto. Cualquiera se ponía al volante de aquello.
MITSUBISHI: Pasamos ahora a otra empresa de automóviles con errores también un tanto… genitales, vaya. Pues este fabricante japonés (tenía que llegar la venganza asiática en algún momento) lanzó en España su modelo “Pajero”. Claro, no sabían que dicha palabra significa por estos lares…, en fin, lo que significa. Por suerte, se apresuraron en cambiar el nombre a “Montero”, que no provocaba tanto cachondeíto.
ELECTROLUX: Y finalizamos con un caso bastante simpático dentro de su torpeza. Cuando la empresa escandinava Electrolux comercializó su aspiradora en el mercado angloparlante, se decantó por el eslogan “Nothing sucks like an Electrolux” (es decir, “Nada aspira como una Electrolux”). Lo que ocurre es que el verbo “suck” no solo significa “aspirar”, sino también “ser una mierda, apestar”, con lo que la cosa se interpretó tal que así: “Nada apesta como una Electrolux” o “Nada es de tan mala calidad como una Electrolux”. Desde luego, como antieslogan nos parece impecable.