El mes pasado dedicamos una entrada a algunas de las complejidades más comunes a las que podemos enfrentarnos al traducir un texto, así como posibles modos de salir airosos de ellas. Pues bien, hoy toca la segunda parte. Y, dado lo mucho que solemos meter la pata en este apartado específico del que vamos a hablar, esta semana nos centraremos de forma específica en él.
CALCOS, FALSOS AMIGOS Y OTROS ERRORES ORIGINADOS EN LAS PRISAS: “Vísteme despacio, que tengo prisa”, dice el refranero español. Y bien podríamos aplicarlo al acto de traducir, pues algunos de los errores más garrafales los cometemos cuando nos apresuramos o estamos poco concentrados, de modo que damos por buenas traducciones que chirrían más que un mecanismo mal engrasado. Es lo que ocurre con ciertos calcos y falsos amigos que no hay por donde cogerlos. Veamos algunos casos estelares:
“At the end of the day” por “al final del día” (cuando debería ser “a fin de cuentas”, “después de todo” o “al fin y al cabo”).
“Can you hear me?” por “¿puedes oírme?” (cuando lo natural sería un sencillo “¿me oyes?”; de hecho, mucha atención a las expresiones con “can” o “can’t”, así en general).
“Devastated” por “devastado” (si se aplica a un territorio destruido, sí, puede servir; pero, si nos referimos a una persona emocionalmente destrozada, no sería tan correcto).
“I have a knot in my stomach” por “tengo un nudo en el estómago” (en español, los nudos los solemos tener en la garganta; y lo que nos ocurre en el estómago es, si acaso, que se nos cierra).
“Ironically” por “irónicamente” (en los casos en que en realidad quiera decir “paradójicamente”; mucho ojo, porque el inglés recoge ambas acepciones dentro de la misma palabra).
“Little” por “pequeño” y “big” por “gran(de)” (a ver, no es un pecado mortal usar estos adjetivos, pero tampoco olvidemos que en español contamos con determinados sufijos que, aplicados a su correspondiente adjetivo, nos dan soluciones más orgánicas; así que no convirtamos en un “pequeño problema” lo que en realidad es un “problemilla” sin importancia).
“Need” por “necesitar” (cuando ese “need” expresa algo que hay que hacer, lo adecuado es “tener que”, como en “tenemos que hablar”, que no “necesitamos hablar”).
“Office” por “oficina” (si se refiere a la planta completa de la empresa o a toda la empresa, de acuerdo, es “oficina”; pero, cuando ese “office” se refiere a la habitación donde trabaja un empleado específico, debería ser “despacho”).
“Share” por “compartir” (si nos referimos a que vamos a contar un secreto o cotilleo, por ejemplo, lo más correcto sería…, en efecto, “contar”).
“The fact that” por “el hecho de que” (en general, este circunloquio es innecesario a más no poder, pues bastaría con un sencillo “que”).
Y hasta aquí la segunda parte del Museo de los Horrores de la Traducción. Pero quédate cerca, pues en breve tendremos la tercera.

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