La importancia del marketing editorial

El mundo editorial se ha convertido en un sector cada vez más sobresaturado. Semana tras semana, el mercado se llena de nuevos lanzamientos que luchan con uñas y dientes (o con portadas, títulos y sinopsis) por acaparar la atención de los lectores. Por eso mismo, en un mundo de competencia tan feroz, no basta con tener un excelente libro que vender (¿acaso bastó en algún momento?), sino que incluso más importante es saber cómo venderlo. Solo así tienes alguna oportunidad de que no quede sepultado bajo una avalancha de otras tantas novedades que pasan sin pena ni gloria por los puntos de venta.
Aquí es donde entra un concepto fundamental: el marketing editorial. ¿Y qué es esto? Pues, básicamente, se trata de esa serie de estrategias que, al concebir un libro no tanto (o no solo) como una obra literaria, sino aún más como un producto comercial susceptible de venderse, dirigen todas sus acciones especialmente a estimular dichas ventas.
¿Creías que los libros se venden por sí solos? ¿Que la calidad artística de una obra ya es suficiente razón de peso para atraer la atención de los lectores y que estos decidan rascarse el bolsillo en honor de la alta literatura? Mucho nos tememos que no funcionan así las cosas. De hecho, en lo que a ventas se refiere, a veces es mejor tener una obra literariamente mediocre pero muy bien promocionada que una obra maestra de la literatura pero con una promoción insuficiente.
Ahora bien, ¿qué factores hay que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo una buena estrategia de marketing editorial? Son muchos y a menudo dependen incluso del tipo de libro, pero veamos algunos puntos clave.
ELABORAR UN ESTUDIO DE MERCADO. O algo similar, vaya. Esto nos ayudará a determinar cuál puede ser el público objetivo de nuestro libro y, por tanto, a actuar en consecuencia. Conocer al público que queremos captar nos ayudará a diseñar mejor nuestra estrategia para atraer su atención como es debido y convencerlos (ya sea a través de la portada, de la sinopsis o incluso del título). Olvídate de disparar a ciegas y en todas direcciones.
DISEÑO Y MAQUETACIÓN. Esto abarca múltiples factores: desde elegir el programa de maquetación que más nos conviene hasta diseñar la maquetación por página, el tamaño de letra (lo cual redundará en que haya más o menos páginas totales, claro)… y, efectivamente, algo tan importante como la portada y la contraportada. Si a tu pareja la conquistas por el estómago, piensa que tal vez a tus lectores los conquistes por los ojos.
PROMOCIÓN “TRADICIONAL”. ¿Vale la pena enviar ejemplares gratuitos a publicaciones especializadas? ¿Y a blogs literarios? A veces no sirve de mucho, pero a veces se traduce en reseñas o incluso entrevistas. Desde luego, lo que nunca está de más es elaborar un dossier de prensa y facilitarlo a los medios que consideres, confiando en que tengan el interés (o el detalle) de hacerse eco. Mejor poca promoción que ninguna.
REDES SOCIALES. Porque, si se usan sabiamente, también estas pueden convertirse en una potente herramienta de promoción. Por supuesto, ello no incluye avasallar con “spam” a quien se te ponga por delante y sin haber cruzado ni dos palabras. Pero puedes intentar crear comunidad y, con ella, interés por el producto. ¿Conoces a algún o alguna “influencer” con cierto tirón? Tal y como están las cosas, a veces puede tener más utilidad una recomendación del “influencer” correcto que una minúscula reseña en un periódico impreso.
POSICIONAMIENTO WEB. Así como hay editoriales que tienen su propia página web (sí, amigos, las ventas digitales existen), también hay autores que han creado su propia página web para promocionarse. Recuerda: una web atractiva y profesional puede servir de excelente escaparate y de tablón de anuncios donde comunicar las novedades interesantes respecto a tus libros (desde reseñas hasta “booktrailers” o presentaciones).