Hace algunas semanas hablábamos en este mismo blog de expresiones que no significan lo que tú creías. Parece que, por motivos que a veces se nos escapan, hay errores lingüísticos que corren como la pólvora y se perpetúan en el tiempo de forma casi irremediable. Pues bien, esta semana toca dar un repaso a ciertas palabras que casi todo el mundo o gran parte de él consideran que se tildan… cuando, en realidad, nada más lejos de la realidad (valga la redundancia).
ACABOSE: Antiguamente, sí se le ponía tilde a la “o” de la palabra “acabose” (y bien que la marcábamos y la seguimos marcando al pronunciarla). Suponemos que eso explica la pervivencia de lo que hoy se considera un error, ya que en realidad “acabose” es una palabra llana terminada en vocal y, por tanto, lo apropiado es no ponerle tilde.
CARACTERES: La palabra “carácter” lleva tilde en la segunda “a” por ser llana acabada en “r”, pero su plural es “caracteres”, no “carácteres”. Por cierto, ese plural con desplazamiento de la tilde a la sílaba siguiente también se produce en “especímenes” (cuyo singular es “espécimen”) y “regímenes” (cuyo singular es “régimen”).
CHIITA, DIITA O ROCIITO: Quizá el error venga de la intensidad con que al hablar acentuamos esa segunda “i” del hiato “ii” y de cierta voluntad de marcar gráficamente que ahí hay dos vocales que bajo ningún concepto hay que pronunciar juntas. Ni idea. Pero el caso es que, como sabemos, las palabras llanas terminadas en vocal no se acentúan (como tampoco acentuaríamos “casita”, “dimita” o “solito”).
CUADRIGA: Seguro que más de una vez has visto escrita esta palabra como “cuádriga” y que incluso la has pronunciado así, como si fuera esdrújula. Sin embargo, la palabra “cuadriga” es una voz llana terminada en vocal, por lo que no lleva tilde y su pronunciación adecuada es /kuadríga/. ¿Cómo y cuándo surgió este error que no nos quitamos de encima ni con agua caliente? Ni idea, pero si tienes ideas al respecto, nos encantará leerlas en la caja de comentarios.
DIO, VIO, FUE, HUIR O GUION: De nuevo, carecen de tilde, pues las normas ortográficas establecen que los monosílabos jamás se tildan, salvo en los casos de tilde diacrítica (la de “él” como pronombre frente a “el” como artículo, por ejemplo). Quizá donde más sorprenda es en el caso de “huir” o “guion”, pero palabrita del Niño Jesús que ambas son monosílabos, pues tanto la secuencia vocálica “ui” como “io” forman diptongo, no hiato.
EXAMEN Y VOLUMEN: No llevan tilde, pues son palabras llanas terminadas en “-n”. Suponemos que la confusión viene porque sus plurales sí la llevan (“exámenes”, “volúmenes”), pero en este caso es porque dichas formas en plural pasan a ser esdrújulas y, como sabemos, las esdrújulas se tildan siempre.
HUBIERAIS, HUBIESEIS, FUERAIS O FUESEIS: La ausencia de tilde se debe a que son palabras llanas terminadas en “-s”.
LIBIDO: Posiblemente, la confusión en este caso provenga del hecho de que la palabra esdrújula “lívido” sí se tilda. En cambio, la palabra “libido”, cuyo significado es bien distinto, jamás debe llevar tilde, ya que es llana y acabada en vocal (no esdrújula).
TI: Quizá por contagio con la tilde diacrítica del pronombre “mí” (necesaria para distinguirlo del posesivo “mi”), mucha gente cree que el pronombre “ti” también lleva tilde. Pero en este caso no, pues no existe ningún posesivo “mí” con el que haya que marcar la diferencia. Y, por tanto, al ser una palabra monosílaba, no se tilda.
Y podríamos concluir hablando del adverbio “solo” y de los pronombres “este/a, ese/a, aquel/aquella”, pero para algunos lectores nos estaríamos metiendo en una polémica más encarnizada que la de la tortilla de patatas con o sin cebolla. Así pues, hemos optado por cargarle el muerto a la RAE. Y tan amigos.