Un error aparentemente inocuo, pero muy molesto para quienes saben del tema, es el uso inapropiado de las comas en los textos. Ojo, no nos referimos a las comas opcionales (que ese es otro tema), sino a esas comas que llenan sin ton ni son los textos, que se meten donde no las llaman y que, como los jueves, siempre están de por medio. Así pues, toma nota de algunos de los principales casos en que hay que evitar esos irritantes regimientos de hormiguitas, que introducen pausas donde no deben y convierten la fluidez “natural” del texto en una completa locura.
ENTRE SUJETO Y VERBO. Comenzamos fuertecito, pues es uno de los errores más comunes. Un error, por cierto, derivado de que la gente considere que las pausas que hacen en su discurso oral deben tener su coma correspondiente en el escrito. Y no, queridos. O no siempre. El único caso en el que alguna coma separa sujeto y predicado es cuando entre ambos va un inciso entre comas (como en “Mi padre, a quien adoro, siempre me ha apoyado mucho”).
CUANDO EL ADJETIVO O LA ORACIÓN ADJETIVA POSPUESTOS AL SUSTANTIVO TIENEN FUNCIÓN ESPECIFICATIVA. Tampoco en este caso se escriben entre comas. Ejemplo: “El coche aparcado en batería es el mío” (se especifica que, de entre todos los coches que hay en una zona determinada, el único aparcado en batería es el suyo).
JUSTO DELANTE DE “Y” EN UNA ENUMERACIÓN COMPLETA Y EXHAUSTIVA. Esa coma fatídica es un error por cortesía de nuestro contacto con el inglés. Así, diremos “He traído aguacates, tomates y frambuesas”, no “He traído aguacates, tomates, y frambuesas”. Por supuesto, los incisos entre comas son caso aparte (como en “He traído aguacates, tomates, que me encantan, y frambuesas”, donde esa coma antes de “y” sí sería correcta y necesaria).
SOBRENOMBRES QUE NO PUEDEN UTILIZARSE AISLADOS, sino que van obligatoriamente acompañados del nombre propio. En este caso, se unen a este sin coma. Así, diremos “Alfonso X el Sabio”, no “Alfonso X, el Sabio”.
DETRÁS DE LA CONJUNCIÓN “PERO” CUANDO ESTA PRECEDE A UNA ORACIÓN INTERROGATIVA O EXCLAMATIVA. En este caso, tampoco se te ocurra “malmeter” una coma. Escribe “Pero ¿qué me estás contando” en vez de “Pero, ¿qué me estás contando?”. Por mucha pausa que sí introduzcas en el discurso oral.
CONSTRUCCIONES EN LAS QUE SE DUPLICA UNA PALABRA PARA ENFATIZAR UN MENSAJE. Es decir, cuando recomiendas por escrito algo que te parece “muy muy interesante” (que no “muy, muy interesante”) o cuando escribes que “caliente caliente, eo, caliente caliente, oa”, como diría Rafaella Carrà.
DELANTE DE LA CONJUNCIÓN “QUE” CUANDO ESTA TIENE SENTIDO CONSECUTIVO Y VA PRECEDIDA DE “TAN(TO/TÍSIMO)” O “TAL”. Suena a galimatías, lo sabemos, pero se trata de otro clásico que nos sirve muy bien de broche final y que, sin duda alguna, entenderás mejor con un ejemplo: “La admiro tantísimo, que creo que tengo todas sus novelas en casa”. Esa coma horrorosa entre “tantísimo” y “que” debería extinguirse de inmediato, por mucho que (una vez más) en un discurso oral te surja de forma perfectamente natural como pausa enfática.
Trackbacks/Pingbacks