Como recordarás, el mes pasado dedicamos una entrada a algunas de las técnicas de traducción más importantes. Pues bien, en la de esta semana vamos a retomar la lista para cerrar con esa segunda mitad que se nos quedó en el tintero. Allá vamos.
GENERALIZACIÓN: Se produce cuando optamos por un término más neutro o general con el que traducir otro que en el original era bastante más preciso (ya sea porque el término original no existe en la lengua meta o por otros motivos). Por ejemplo, cuando traducimos la palabra francesa “brioche” por, sencillamente, “bollo”.
MODULACIÓN: Consiste en un cambio semántico o de perspectiva, es decir, en transmitir una idea determinada cambiando el modo en que se expresa en la lengua original pero manteniendo su esencia. Por ejemplo, cuando traducimos la expresión “Please don’t get excited” por “Tranquilízate”, el hincapié pasa de frenar el nerviosismo (una supresión de algo, en cierto modo) a buscar el apaciguamiento (una adición, en cierto modo).
PARTICULARIZACIÓN: Esta es la otra cara de la generalización, pues consiste justo en lo contrario: usar un término más preciso o concreto que el que se usaba en el original. Por ejemplo, si en un texto en catalán se habla de Emily Dickinson (por ejemplo) y se refieren a ella como “escriptora” (escritora), haremos una particularización si hilamos más fino diciendo que fue “poeta”.
PRÉSTAMO: De este ya hablamos en su día, así que te emplazamos a la entrada correspondiente.
REDUCCIÓN: Esta técnica es la contraria a la amplificación. Se trata de suprimir (total o parcialmente) en el texto de destino algún elemento del original. Lo vemos cuando traducimos “last will and testament” por algo más sencillo: “testamento”.
TRADUCCIÓN LITERAL: También se la conoce como “metafrase” y, como muy bien has adivinado, se basa en traducir algo palabra por palabra. Las traducciones literales no siempre tienen buena prensa, pero a veces pueden resultar de lo más útiles y precisas, cuando entre ambos idiomas se da cierta correspondencia de significación y estructura.
TRANSPOSICIÓN: Se trata de cambiar de categoría gramatical una parte de la oración sin alterar su significado original. Por ejemplo, cuando traducimos la oración “She supposedly learns fast” por “Se supone que ella aprende rápido”, estamos haciendo una transposición al transformar el adverbio “supposedly” por la estructura verbal “se supone que”.
VARIACIÓN: Y cerramos la lista con esta técnica que se centra en cambiar elementos lingüísticos o paralingüísticos que afectan a la variación lingüística. O dicho de otro modo: cambios de estilo, tono textual, dialecto geográfico, jerga, etc. Se daría, por ejemplo, si traducimos la frase “Don’t fuck with me fellows!” por “No me busquen las cosquillas, señores”. La intencionalidad sería la misma, pero se pasa de un estilo bastante más vulgar por otro simplemente coloquial.

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